miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Qué se entiende por Economía política comercial internacional y Cómo se explicaría desde la óptica de países en vías de desarrollo?

Tomando como punto de partida que, la política comercial internacional es aquel conjunto de medidas e instrumentos gubernamentales que tienen como propósito la regulación de las actividades de intercambio de bienes y servicios, así como de factores productivos (trabajo y capital) con el exterior, es decir, con el resto del mundo; entonces, se puede decir que la economía política comercial internacional es aquella que estudia todas las relaciones económicas entre países y analiza los efectos positivos y negativos que presentan la puesta en marcha de los diversos instrumentos gubernamentales que afectan los intercambios comerciales tanto internos como externos del país.

Dichos conceptos interpretados por un servidor aplican para todo tipo de economías, es decir, avanzadas o en vías de desarrollo, sin embargo, como bien lo expone el reconocido economista Paul Krugman en su obra Economía Internacional, Teoría y Política (2006) “A diferencia de los países desarrollados, la política comercial de las economías en vías de desarrollo se ocupan, particularmente, de dos objetivos: promoción de la industrialización, y resolver el desarrollo desequilibrado de la economía nacional”.

Lo anterior significa que, si bien es cierto que la economía política comercial internacional, en otras palabras, el estudio y análisis de los efectos de la política comercial es igual para todo tipo de países; las políticas comerciales son distintas entre ellos, y hasta cierto punto suena lógico que así sea y me explico:

El principal objetivo de las políticas comerciales internacionales de los países semi-industrializados es la protección del mercado interno y, específicamente, de las empresas nacionales, ya que proteger las unidades económicas nacionales de las grandes corporaciones transnacionales conlleva a un desarrollo y fortalecimiento de la planta productiva local y con ello, la industrialización del país. Por otro lado, la implementación de políticas comerciales trata de mantener estable el equilibrio macroeconómico del país.

Pero en este escenario, los países en vías de desarrollo presentan importantes problemas, porque, por un lado, este tipo de países (al cual pertenece México) son dependientes del exterior de inversión extranjera directa, ésta inversión representada en empresas sólo llegarán al país si existen, principalmente, tres características:

  1. certidumbre en aspectos políticos, sociales y económicos.
  2. mayor grado de libre mercado para el fácil intercambio comercial que necesitará la empresa.
  3. factores productivos baratos.

El país podrá cumplir con la primera característica en sus aspectos políticos y sociales si y sólo si, la nación cuenta con instituciones bien establecidas que generen reglas y modos de coordinación de las relaciones y actividades entre diferentes individuos y grupos sociales, alejando lo más posible los escenarios llamados “arenas”. Por su parte, el aspecto económico se logrará si se implementan políticas comerciales internacionales que logren la estabilidad macroeconómica (inflación y tipo de cambio) y esto se logrará con la ejecución de políticas monetarias restrictivas y con una tendencia a regular el tipo de cambio, es decir, con un cierto grado de intervención gubernamental, y es aquí donde, por tratar de cumplir con el primer punto, se deja de cumplir el segundo, pues mientras más intervención tenga el Estado en los mercados, éstos serán menos “libres”. El cumplimiento de la tercera característica no presenta, comúnmente, mayor problema pues una característica de las economías en vías de desarrollo es precisamente que tienen factores productivos baratos, tanto en mano de obra como territorio; y lo anterior se da, más que nada, gracias al tipo de cambio, es decir, a la depreciación de la moneda local, que hace barato los factores productivos respecto al de otros países.

Quizá donde haya problema es el mercado de capitales, ya que, la tendencia mundial es el libre flujo de capitales, y estos suelen ser muy volátiles. Un país semi-desarrollado necesita de capital, y una de las políticas comerciales internacionales que se ha implementado es la socialización del riesgo, es decir, con el afán de hacer más atractivo el mercado de capital local, el estado esta dispuesto a “garantizar” a los inversionistas las ganancias de éstos, por tanto, si por alguna razón los inversionistas extranjeros llegan a obtener pérdidas por la caída de valor de los activos, el estado esta “obligado” a compensarlo. Sin embargo, esto genera que el estado se endeude con títulos gubernamentales, o en su defecto, emisión de billetes, lo que provoca, paradójicamente, un desequilibrio inflacionario.

Por otra parte, el tiempo ha demostrado que la economía internacional se desarrolla por tendencias. Específicamente, en la década de los 30´s se inició en los países avanzados una tendencia hacia un estado benefactor, el cual duró aproximadamente hasta la década de los 70´s cuando comenzó la tendencia neoliberal. En este contexto, la economía política afirma que lo “óptimo” para todo país es seguir, precisamente estas tendencias, y jamás “navegar” contra corriente, pues esto ayudará a que las relaciones comerciales nacionales mejoren y las distancias económicas entre países se reduzcan. Sin embargo, si bien es cierto que los países semi-industrializados han tratado de seguir estas tendencias, lamentablemente para ellos, se han “integrado” tarde a cada cambio de tendencia y apenas están “acomodándose “en una, cuando la tendencia mundial ya es otra.

Por ello, lo adecuado para los países semi-industrializados es que, más allá de seguir “tendencias” mundiales, lo importante es generar un proyecto nacional de desarrollo el cual se fundamente, en tres situaciones consecutivas de aspecto internacional:

  • Impulsar empresas con exención de impuestos y suprimiendo tramites para productos de exportación, pues mientras más se venda producto nacional en el extranjero (con el aprovechamiento, además, de el abaratamiento de los productos locales en otros países por la depreciación de la moneda) habrá más ingresos de divisas lo que a su vez generará reducción en la deuda pública y estabilidad macroeconómica.
  • Debe haber gestiones para lograr tratados internacionales de libre comercio, pues esto ayudará para que los inversionistas extranjeros vean atractivo trasladar sus capitales al país semi-desarrollado, ya que por un lado, este país ofrece factores productivos baratos, una oportunidad de expandir su mercado meta, y además, poner en practica lo que se le conoce como la comercialización triangular, que se da cuando un país “x” quiere vender su producto en un país “y” pero que las relaciones comerciales entre ambos países es difícil por políticas arancelarias, entonces la empresa ubicada en el país “x” se va al país “z” (el nuestro) pues éste sí tiene tratados comerciales con el país “y”. Todo lo anterior hace más atractivo las inversiones en nuestro país.

  • Pero lo más importante, y primordial para que en verdad se genere un avance económico en el país, es que el recurso humano local logre adquirir el “know how” de estas unidades económicas extranjeras y en un tiempo determinado, sean las empresas nacionales las que alcancen los niveles técnicos de las grandes transnacionales. Obviamente, esto requiere un gran desarrollo en educación industrial y capacitación humana, es decir, mano de obra calificada. Por ello, mencionó que esto, debe ser el principal objetivo de los países en vías de desarrollo.

También es indispensable que el gobierno tenga como principal prioridad la inversión en ciencia y tecnología para que cada día sea menos dependiente de los últimos avances de conocimiento que los países desarrollados generan. Y por otra parte, conseguir la menor salida de capitales o dividendos posibles del país para generar la re-inversión.

Si bien es cierto que lograr lo expuesto en renglones anteriores no es nada fácil, estoy seguro, que éste es el mejor camino para consolidar un crecimiento económico, y después, el desarrollo económico deseado.